El Buntes Theater fue el primer cabaré alemán. Locales similares ya existieron en París, donde se encontraba el que se puede considerar precursor de éste, el Chat Noir de Rodolphe Salis en Montmartre.
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- El barón Ernst von Wolzogen
Su fundador, el barón Ernst von Wolzogen (1855-1934), procedía de una familia noble venida a menos, una parte de la cual tuvo una relación más o menos directa con el mundo del teatro. El mismo Wolzogen había publicado varias obras de teatro y novelas, y compuso algunas de las obras que se representarían en su teatro. En 1881 había llegado a Berlín, donde le llegaron sus primeros éxitos como dramaturgo. En 1893 marchó a Munich, donde dirigió La Unión Académico-dramática.
Hacia 1899 regresó a Berlín, y empezó a darle vueltas a la idea de crear un cabaré literario, un poco a imitación de lo que había visto en Francia. Aunque las condiciones no eran las mismas, el ambiente mundano y cosmopolita de Berlín y París no difería demasiado. Lo que sí podía marcar las diferencias era la actitud de la censura, bastante más estricta en Alemania, y que no permitía una crítica abierta de la autoridad. Por otra parte, el proyecto de Wolzogen se diferenciaba también de su modelo francés en el ambiente, que aquí no es el de una taberna donde existe un contacto más directo entre el artista y su público, sino el de un verdadero teatro, con su patio de butacas y su escenario bien diferenciados. Otros proyectos contemporáneos, como el Schall und Rauch, tratarían de atenuar esa línea divisoria.
El panorama teatral de la época muestra un aspecto abigarrado. El Berlín de la época era un hervidero de gentes de muy diversa procedencia y de artistas y tendencias igualmente diversos. Al teatro tradicional se había sumado un buen número de sucedáneos que tuvieron desigual fortuna. Los teatros de variedades estaban imponiendo su ley en una sociedad que había experimentado un acelerado desarrollo económico y social. A ellos acudía la burguesía y las capas más acomodadas de la sociedad: funcionarios públicos, empresarios, altos miembros de la administración. Luego estaban los teatrillos más modestos, los llamados Tingeltangel, con representaciones más orientadas a su público, procedente de las capas más bajas. En este contexto, Wolzogen esperaba poder encontrar un punto medio entre los números circenses de los espectáculos más populares y la representación teatral más tradicional.
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Miembros del Überbrettl.
En el centro, su estrella Bozena Bradsky.
A la izquierda, sentado, Wolzogen
Sus aspiraciones se encontraban posiblemente muy por encima de lo que era capaz de ofrecer a su público. Por un lado la censura no permitía una crítica directa del orden establecido, aunque es verdad que la intención de Wolzogen, bastante servil hacia la figura del Kaiser, no fue en ningún momento la de socavar el poder político. Tampoco su público deseaba ver sobre el escenario a una banda de revolucionarios clamando por la libertad y la justicia. De hecho, los únicos números censurados del Buntes Theater lo fueron por contener supuestas obscenidades. La propia acogida que tuvieron los diferentes números de la función inaugural demuestra que el gusto de los espectadores no se dirigía hacia la innovación: el más celebrado por crítica y público fue una obrita de Biedermaier, Der lustige Ehemann (El marido Feliz), cuyo argumento sentimental no dejaba entrever ninguna revolución teatral.
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- Cartel anunciador del Buntes Theater
El nombre por el que se decidió, Buntes Theater, muestra a las claras sus intenciones. En cuanto al sobrenombre que le puso, überbrettl, supone un guiño irónico a la obra de F. Nieztsche, que habla en sus obras del übermensch, el Superhombre, y con el que daba a entender que aspiraba a crear algo que fuera más allá del simple Brettl (teatro o escenario), como se llamaba entonces a los pequeños teatrillos, insuflando un espíritu artístico-literario a su local y ennobleciendo el vaudeville. De hecho, tras el traslado del teatro a la calle Köpenicker, un busto del filósofo presidía el vestíbulo.
El proyecto se llevó a cabo en Berlín, donde Wolzogen logró reunir a un grupo de inversores que financiaron los 10.000 marcos que costaba poner en marcha su empresa, y que le endeudaron fuertemente. En la documentación que entregó a las autoridades que debían darle los permisos necesarios, Wolzogen explica lo que pretende ofrecer en su local: "representaciones de naturaleza dramática, como pantomimas, marionetas, diálogos, etc, pero no verdaderas obras de teatro". Alquiló en el número 40 de la Alexanderstrasse el local que había albergado el Sezessionsbühne, un teatro que acababa de quebrar. Allí se inauguró el Überbrettl en 18 de enero de 1901.
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- Oscar Straus
La función inaugural, que sobrepasó las tres horas de duración, ofreció una gran variedad de estilos. El propio Wolzogen actuó de conférencier y gran parte de la música fue escrita por Oscar Straus (sin relación con la famosa dinastía de músicos vieneses). Entre otros números, se representó uno de Christian Morgenstern con una parodia de Alfred Kerr, la obra en un acto Episode, del Anatol de Arthur Schnitzler y la ya mencionada Der lustige Ehemann. Esta obrita de Biedermeier, que fue el auténtico éxito de la noche, narra de forma un tanto acaramelada la felicidad conyugal de una pareja. Otras obras fueron Madame Adèle, canción compuesta por el propio Wolzogen, que es una sátira sobre el afrancesamiento de algunos artistas de vaudeville, así como un teatro de sombras.
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- Der lustige Ehemann
El estreno constituyó un auténtico éxito, agotándose las entradas en todas las funciones, lo que le permitió en pocas semanas amortizar el proyecto. Sus baladas, sketches y números musicales encontraron pronto un buen número de imitadores, y en el curso de pocos años surgieron cerca de 40 cabarés en toda Alemania, la mayoría de ellos en Berlín, y muchos presentados o dirigidos por ex-aristócratas. A los berlineses les debió caer en gracia ver a la nobleza puesta al servicio de la diversión de la burguesía. Incluso apareció un anuncio en un periódico donde se solicitaban nobles arruinados para presentar espectáculos de variedades. Pese a lo ridículo del texto, hubo numerosos solicitantes para el puesto.
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Teatro de sombras.
En el centro, con un guión, se encuentra Wolzogen
El éxito le movió a hacer giras con parte de la compañía por Leipzig, Hamburgo, Viena, Praga, Dresde, Frankfurt... Aunque el deseo de explotar el filón hizo que las interpretaciones se volvieran muy repetitivas, pues los actores que iban de gira no tenían la calidad de los titulares. Los pasos de baile, las canciones... todo se ajustaba con precisión a la interpretación de las estrellas del espectáculo original. Algún crítico hizo notar que tal mimetismo se podría conseguir con un conjunto de autómatas, y eso con un menor coste económico.
Asimismo el éxito tuvo otras consecuencias: el propietario del local (Victor Bausenwein), a la vista de los beneficios económicos del espectáculo, decidió fundar su propio cabaré. Wolzogen tenía que marcharse, y mientras encontraba otro local inició una nueva gira. Sin embargo, en lo que parece ser una pelea provocada por celos profesionales, perdió a las principales estrellas de su espectáculo, el compositor Oscar Straus y la actriz Bozena Bradsky.
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- Escenario del Buntes Theater en la calle Köpenicker
A pesar de los problemas, los beneficios del Überbrettl permiten a Wolzogen alquilar un nuevo local, en el que además lleva a cabo uno de sus viejos sueños: plasmar sus ideas artísticas no sólo en el escenario, sino también en el exterior, en la arquitectura y decoración del teatro. Así, alquila un local en el número 68 de la calle Köpenicker y llama al arquitecto August Endell (1871-1925) para que lo diseñe por entero. Endell, un firme seguidor del Jugendstil, aceptó seducido por la idea de reformar el teatro por completo, sin necesidad de atenerse a elementos ya existentes.
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Puerta de acceso
a las escaleras
La sala principal tuvo que ser desplazada, pues el escenario, posiblemente pensado para una orquesta, era demasiado pequeño. Las limitaciones impuestas por la situación de los muros de carga hizo que el auditorio fuera más ancho que largo. Para resaltar el eje longitudinal, Endell dió una forma ovalada a la sala, lo que generó algunos problemas de acústica. El propio Endell se encargó de diseñar las puertas, ventanas, picaportes, perchas, palcos y tapices, así como una combinación arriesgada e inusual de colores. El proyectó, iniciado en junio de 1901, avanzó con tal rapidez que ya el 28 de noviembre se pudo inaugurar el teatro.
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- August Endell
Todo se cuidó al detalle con tal de impresionar a su selecta clientela. En un diario, el Vossische Zeitung del día 30 de noviembre, se puede leer el siguiente anuncio:
"El aire del teatro del señor Wolzogen se purifica todas las tardes con el nuevo preparado Ozonoform del laboratorio del Dr. Homeyer, en Friedrichstrasse 101, creado a partir de oxígeno activo y aceite de abeto blanco."
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- Puerta de salida
La inauguración se produce el 28 de noviembre de 1901, y la decoración del local es ampliamente alabada. En cuanto al repertorio, Wolzogen había prometido que su nuevo teatro sería una caja de sorpresas. esta afirmación demostraría ser más un deseo que una realidad. Entre otras cosas los asistentes pudieron ver Die Medaille, obra en un acto de Ludwig Thoma, asi como otras sátiras, parodias, números de baile, canciones, monólogos, etc.
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- El escritor Ludwig Thoma
En la nueva temporada, el poeta Ludwig Thoma (1867 - 1921) está destinado a ser la nueva estrella. Poeta satírico ya consagrado, contribuyó con sus textos al überbrettl, pero como él mismo reconocía, no sentía el más mínimo aprecio por el proyecto de Wolzogen. Se limitaba a sacarle el mayor provecho económico. Wolzogen, escarmentado por las experiencias anteriores, se dedica a firmar contratos en exclusiva a los artistas que trabajan para él, evitando así que se los robe la competencia, pero lo que consigue es dilapidar sus ingresos a cambio de un rendimiento artístico más bien pobre. Por ejemplo, un joven Arnold Schönberg escribe la música de varias piezas para el teatro, pero tan solo una llega a representarse.
Por otra parte la ubicación del teatro no era la más idónea. Estaba situado en la calle principal del Luisenstadt, un barrio al sureste del corazón de la ciudad con más de trescientos mil habitantes, de población mayoritariamente obrera. El local se hallaba rodeado principalmente de casas de alquiler y pequeños comercios. Sin embargo, la clientela del Buntes Theater procedía principalmente de la clase media y alta, que habitaba en la parte oeste.
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- Cubrerradiador
Otro factor que explica el rápido declive del Buntes Theater es que existían en Berlín pocos artistas capaces de tratar temas locales. Casi todos los creadores de Wolzogen provenían de Munich, donde el cabaré Elf Scharfrichter (Los once verdugos) estaba teniendo un gran éxito con su repertorio. Mientras la critica no le perdonaba la banalidad, el publico encontraba el mismo género pero mejor presentado en los locales de vaudeville.
La crisis se consumó cuando los inversores, que controlaban la dirección del proyecto, decidieron robarle al teatro de Bausenwein sus estrellas. Wolzogen se enfureció y fue apartado de la dirección artística a principios de 1902. En junio de ese año dimitió del cargo. El proyecto pronto perdió gas y finalmente retornó a la producción de comedias en un acto. en 1903 el teatro se liquidó y dos años más tarde lo adquirió Adolph Philipp, que fundó el Deutsch-Amerikanisches Theater, dedicado a farsas y comedias ligeras.