En Suiza
- Cabaret Cornichon
La sátira cabaretística tardó bastante en instalarse en el panorama teatral suizo. Sin embargo, ya en 1916 existía en Zurich el Cabaret Voltaire, primer foro de los dadaístas, aunque el fundador y sus colaboradores eran inmigrantes: artistas alemanes, franceses y rumanos que tuvieron que abandonar sus países a causa de la guerra. También el Pfeffermühle de Erika Manns, trasladado en 1933 a Zurich, era un cabaré de emigrantes. No será hasta 1934, ante la amenaza del nazismo y espoleado por el ejemplo del Pfeffermühle, cuando aparezca en Zurich el primer cabaré auténticamente suizo: el Cornichon. Sus fundadores fueron Walter Lesch y Otto Weissert, y entre sus colaboradores se encuentran muchos conocidos cabaretistas, como Elsie Attenhofer, Voli Geiler, Zarli Carigiet, César Keiser, Walter Morath, C.F. Vaucher, Alfred Rasser y Max Werner Lenz. Cuando el Cornichon cerró sus puertas en 1951 tomó el relevo el Cabaret Fédéral, fundado en 1949 en Zurich por Otto Weissert. Este iba más allá que el Cornichon en la crítica de la mentalidad burguesa y las contradicciones de la sociedad suiza. De los numerosos cabarés que surgieron en Suiza en años posteriores destaca como uno de los más conocidos el Cabaret Rüeblisaft, creado en 1953 por los actores Alfred Bruggmann y Oskar Hoby en la ciudad de Baden.
Al igual que en Austria, en la década de los 80 han cobrado importancia en Suiza los solistas de cabaré. Junto a los anteriormente citados como colaboradores del Cornichon se encuentran: Franz Hohler, con sus canciones e historias de trasfondo social que siempre invitan a la reflexión; Emil Steinberger, que muestra el desamparo del ciudadano de a pie ante el mundo a través de sus papeles de funcionario de correos o telegrafista, todo ello teñido de un humor melancólico.